miércoles, 15 de julio de 2009
Desde mi más tierna infancia descubrí que me interesaba de una forma aterradora el interior de las personas, veinte años después, aquí estoy, impartiendo mi primera clase de medicina forense.
Algo ha cambiado en mi, al regresar a casa siento la necesidad de entrar en algún bar de barrio a tomar una copa, al entrar tan solo veo a hombres cansados de sus vidas, mirando el televisor, intentado encontrar algo con que llenar
sus penosas vidas, mientras apuran sus vasos de vino, hartos de trabajar, para llegar a casa, y encontrarse, la misma mierda de siempre, hijos gritando, mujer malhumorada.
En el televisor están emitiendo la típica miniserie de dos capítulos basada en hechos reales, las cadenas no son conscientes del gran dolor que supone para los familiares de esa pobre niña asesinada a sangre fría a manos de un pedófilo.
Miro al camarero, un hombre de unos 58 años, el típico dueño del bar que lleva toda la vida detrás de esa barra, como si no tuviera casa, el vive y duerme detrás de esa barra.
Le pido un Jhonny Walker con coca-cola, me mira con desprecio mientras hace bailar entre sus dientes ese asqueroso palillo, ennegrecido, que habrá estado mascando todo el día.
Al colocar el vaso sobre la barra, centro mi atención en sus nudillos, puedo ver el hueso moverse, como se estira la piel, como una camiseta ajustada al pecho de una inocente estudiante de secundaria, el jodido camarero es tacaño con el whisky,
pero no lo tengo en cuenta, tampoco soy mucho de beber, ni si quiera se por que he entrado en este cochino bar de barrio, bien puede haber entrado en un pub del centro de la ciudad.
Preferi mezclarme con gente vulgar de barrio.
Lo que me ha sucedido esta mañana no alcanzo a comprenderlo, puede ser debido al stress causado por mi primer dia
como profesor en la facultad, tengo que calmarme para mi segundo dia de clase.
Llamo al camarero para que diga cuanto es, al dejarle el billete de diez euros, veo como su mano carece de piel, puedo ver
tendones, sangre,musculos, huesos.
Dios, es eso otra vez.
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